No se trata de hacer publicidad a Moleskine ni de confesar que tengo varios cuadernos de la marca. Afortunadamente no son tan caros como una Mont Blanc y el posicionamiento de marketing tiene más que ver con la tradición que con el prestigio. Muchos notables artistas y escritores tuvieron una libreta Moleskine de la primera época parisina, sobre todo como cuaderno de viaje. La seducción que produce a los nuevos compradores es tener en sus manos una reproducción de aquellos cuadernos que usó Picasso, por ejemplo, para hacer sus apuntes. Al final, poseer un Moleskine resulta lo mismo que tener un lienzo en blanco, todo depende de lo que cada quien haga con un soporte que tiene historia, pero que nos es más que una suma de hojas encuadernadas. Cada uno puede emprender su viaje particular con los objetos.
En octubre del 2006 en Londres y junio del 2007 en Nueva York se llevó a cabo la exhibición de 70 cuadernos Moleskine usados por artistas, arquitectos, ilustradores, diseñadores, escritores y músicos de todo el mundo. En la página de DETOUR, Moleskine city notebook experience se pueden ver todos los cuadernos de la exposición, aunque en el caso de los escritores apenas se pueda apreciar los trazos de su escritura como en caso de Javier Marías.
El cuaderno de Stefano Faravelli es uno de mis favoritos.
En octubre del 2006 en Londres y junio del 2007 en Nueva York se llevó a cabo la exhibición de 70 cuadernos Moleskine usados por artistas, arquitectos, ilustradores, diseñadores, escritores y músicos de todo el mundo. En la página de DETOUR, Moleskine city notebook experience se pueden ver todos los cuadernos de la exposición, aunque en el caso de los escritores apenas se pueda apreciar los trazos de su escritura como en caso de Javier Marías.
El cuaderno de Stefano Faravelli es uno de mis favoritos.
1 comentario:
¡Qué maravilla!
¡Menudo enlace!
¡Gracias!
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