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Elsa RBrondo
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viernes, 10 de agosto de 2007

El lenguaje de las mujeres y de cómo Harriet Powers, una esclava negra, narró historias con hilo y telas

Harriet Powers fue una esclava del sur de los Estados Unidos que durante el siglo XIX creó con sus manos varias piezas de pacht work quilt (una técnica que combina el ensamblaje de diversas piezas de tela con un acolchado producido por puntadas en el diseño). Lo interesante de sus obras, más allá de la sorprendente elaboración, dados los pobres elementos con los que ella contaba, es su naturaleza narrativa. Harriet cuenta pasajes de la Biblia y acontecimientos cotidianos en hermosas colchas, dedicadas a resguardar a sus hijos en las barracas sureñas de esclavos. Sus figuras son primitivas y su paleta limitada (los colores provienen de las telas a las que podía tener acceso, pero también recuerdan los colores de muchos motivos del arte africano). Se cuenta que Harriet se vio obligada a vender una de sus obras por cinco dólares. Imagino las incontables noches que invirtió esta mujer en la elaboración de sus obras, a la luz de una vela, después de una extenuante jornada. Sobre todo, imagino la sensibilidad de Harriet, huyendo con su aguja e hilo a un lugar creativo y literario.

Lenguaje como el Nu-shu, que se cultivó en la China rural, para comunicar aliento a las mujeres, bordado o escrito por ellas, escondido en ropa, pequeños libros de tela y abanicos de papel.