"¿Por qué desde los niños hasta los adultos dibujamos casitas de techos de dos aguas si no existen en la ciudad de México?" se pregunta Edgar Clement (uno de los autores de historias gráficas más talentosos de este país). Yo miro por la ventana la repetición infinita de cajas de zapatos que la arquitectura funcional (un Bauhaus muy mal entendido) nos ha dejado. Pajareras en donde habitamos millones de capitalinos. Me pregunto si Clement tiene razón al pensar que se nos ha impuesto un imaginario de las cosas, los objetos ideales que reproducimos y que deseamos tener. Es posible que así sea y, tal vez, nuestra triste realidad sea un pretexto más para seguir abrazando esa linda casita de la pradera que nunca vamos a tener.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario